Decisiones intuitivas y heurística

“El instinto es algo muy poderoso, más poderoso que el intelecto.”

Steve Jobs

En el mundo de la toma de decisiones, no siempre gana quien tiene más datos, examina todas las alternativas, enumera los pros y los contras, sopesa cuidadosamente el riesgo y las probabilidades o utiliza las mejores herramientas de inteligencia artificial. A veces, el secreto está en simplificar. Las heurísticas rápidas y frugales son reglas sencillas que nos permiten tomar decisiones eficientes con poca información. Y lo mejor de todo es que suelen ser sorprendentemente eficientes.

El arte de decidir con menos

Cuando hablamos de racionalidad limitada, nos referimos a la idea de que los seres humanos no procesamos toda la información disponible antes de decidir. Herbert Simon, pionero en esta teoría, explicó que las personas toman decisiones dentro de un marco limitado de tiempo, información y capacidad cognitiva.

Aquí es donde entran en juego las heurísticas rápidas y frugales. Estas reglas de decisión son tan simples que podrías explicarlas en una servilleta, pero tienen el poder de competir de igual a igual con los algoritmos más complejos.

Racionalidad vs intuición: La lucha interna

Cuando tomamos decisiones, a menudo oscilamos entre dos modos de pensar: la racionalidad y la intuición. Daniel Kahneman, en su libro “Pensar rápido, pensar despacio”, explica que operamos con dos sistemas mentales.

El Sistema 1 es rápido, automático y visceral. Es el encargado de las decisiones intuitivas y emocionales. Por otro lado, el Sistema 2 es más lento, deliberativo y analítico. Las heurísticas rápidas y frugales pertenecen al dominio del Sistema 1, permitiendo decisiones veloces sin agotar recursos cognitivos.

Lo interesante es que, a pesar de su simplicidad, estas heurísticas suelen superar al Sistema 2 en escenarios donde el tiempo apremia o la información es escasa. En otras palabras, confiar en nuestra intuición no siempre es irracional; a menudo, es la mejor opción.

Heurísticas: Los atajos mentales que nos salvan

En esencia, una heurística es un atajo mental que reduce la carga cognitiva. En lugar de analizar todas las opciones posibles, nos enfocamos en una pequeña cantidad de información relevante.

La heurística de reconocimiento es un excelente ejemplo. Si tenemos que elegir entre dos marcas de zapatillas y solo reconocemos una, probablemente optemos por la que conocemos. No necesitamos investigar más. Nuestro cerebro interpreta que el reconocimiento es una señal de calidad.

Fluidez: Cuando lo que fluye es confiable

Otra heurística fascinante es la heurística de fluidez. Aquellas opciones que vienen a nuestra mente con facilidad suelen parecernos mejores. Esto sucede porque nuestro cerebro asocia rapidez mental con veracidad o relevancia.

Por ejemplo, si nos preguntan por un destino de vacaciones y lo primero que pensamos es el Caribe, puede que decidamos viajar allí simplemente porque esa opción llegó rápido a nuestra mente.

La regla de detención: Saber cuándo parar

Una de las reglas más poderosas es la regla de detención. En lugar de seguir recopilando datos de forma indefinida, esta heurística nos dice que debemos detenernos cuando encontramos una opción que supera un umbral mínimo.

Por ejemplo, si estamos buscando un departamento y visitamos diez lugares, podemos decidir detenernos cuando encontramos uno que cumpla con el 80% de los requisitos. No necesitamos ver 100 departamentos.

La regla de 1/N: Dividir y vencer

Otra herramienta simple pero efectiva es la regla de 1/N. Cuando no sabemos cuánto asignar a cada opción, simplemente dividimos los recursos de forma equitativa.

Si tenemos que invertir dinero en cinco acciones y no tenemos suficiente información para predecir cuál rendirá mejor, podemos asignar el 20% a cada una. Aunque parezca básico, este método suele superar a modelos financieros mucho más complejos.

La heurística de exclusión: Lo que no conozco, lo descarto

En situaciones donde hay muchas opciones, la heurística de exclusión sugiere eliminar aquellas alternativas que no cumplan con ciertos criterios mínimos. Esto reduce drásticamente la cantidad de decisiones que debemos tomar.

Por ejemplo, al elegir un restaurante, podemos excluir aquellos que no tengan al menos cuatro estrellas en las reseñas.

Imitar a los que saben: La heurística de imitadores

Cuando nos enfrentamos a decisiones difíciles, a menudo imitamos lo que hacen los demás. La heurística de imitadores se basa en copiar el comportamiento de personas que percibimos como exitosas o bien informadas.

Por ejemplo, si estamos en un país extranjero y no sabes qué pedir en un restaurante, podemos observar qué están comiendo la mesa de al lado y pedir lo mismo.

Evitar pérdidas: La clave del conservadurismo

La heurística de evitación de pérdidas nos lleva a priorizar decisiones que minimicen el riesgo de perder. Esto se basa en la idea de que el dolor de perder es psicológicamente más fuerte que el placer de ganar.

Al elegir entre dos inversiones, muchas personas prefieren aquella que tiene menos probabilidad de perder, aunque el retorno esperado sea menor.

Contar hasta ganar: La regla del mejor indicador y la regla de recuento

La regla del mejor indicador nos dice que basta con un solo criterio para tomar decisiones. Si estamos eligiendo un smartphone y lo más importante para nosotros es la cámara, simplemente elegimos el teléfono con la mejor cámara, ignorando el resto de características.

Por otro lado, la regla de recuento implica contar el número de criterios que una opción cumple y elegir la que tenga más coincidencias. Si estamos comparando autos, podemos elegir el que cumpla con la mayor cantidad de características deseadas.

Reflexiones finales: Simplificar para ganar

Las heurísticas rápidas y frugales nos enseñan que, a veces, menos es más. En un mundo saturado de datos, confiar en estas reglas simples puede ser la clave para tomar mejores decisiones eficaces en menos tiempo.

Si alguna vez sientes que estás analizando en exceso, recuerda: detenerte, simplificar y decidir rápido puede llevarte más lejos de lo que imaginas.

Juego de Heurística de Reconocimiento

Para cerrar les dejo un pequeño juego. El juego consiste en decidir que Ciudad visitar. Si no hacen trampas y eligen lo primero que les viene a la mente seguro se quedaran con las ciudades más conocidas. 😉

Elige la ciudad que reconozcas.